¿Le teme a los estereotipos? Ya no hace falta, sólo basta preguntar...
Tarde o temprano los estereotipos intentan meterse en la cama, y el aburrimiento les sigue un paso por detrás y si dejamos que se instalen ahí, pueden arruinar nuestras relaciones. Por suerte, hay varias formas de cerrarles la puerta del dormitorio en la cara. Uno de ellos es el roleplay o juego de roles.
Vamos a jugar a...
Para algunos un cliché, para otros una hermosa oportunidad de cumplir un viejo deseo sin ser infiel. ¿Sexo con una maestra, una enfermera, una criada cachonda? Ningún problema para los que quieren y saben jugar. Basta con establecer los roles, conseguir el vestuario adecuado y seguir el guión.
A veces ni siquiera se necesita eso. Basta con inventar una historia. ¿Qué tal probar el juego de la virgen inocente, en el que tienes la tarea de seducirla y asegurarte de que su "primera vez" sea una experiencia lo más romántica y tierna posible? ¿O probar un juego en el que el papel cambie con la contraseña acordada, de modo que la inocente virgen se convierta en una profesional que atienda a su cliente?
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Hay que respetar las reglas del juego
Cada juego tiene sus reglas y el de roles no es excepción. Ambos miembros de la pareja mantienen su personaje durante el juego y a menudo se comportan de manera diferente a lo que lo hacen en la realidad. No es necesario abundar en los aspectos ocultos de su personalidad: un papel es simplemente un papel y no dice nada sobre cómo se comporta o quiere comportarse una persona en la vida cotidiana.
Durante el juego, los miembros de la pareja pueden llegar a un punto en el que uno de ellos no se sienta cómodo en el papel y no quiera continuar. A fin de evitar los malentendidos, al igual que en el BDSM, se aconsejable una palabra clave tras la cual el juego termina. Dejarse llevar está bien, pero siempre hay que tener en cuenta que ambos tienen que disfrutar del juego. Sólo así vamos a querer repetirlo y mejorarlo.
¿Estás listo para un nivel más alto?
Un juego de rol no tiene por qué empezar y terminar en el dormitorio. También es posible transformarse en otra persona en el campo, o, para los más valientes, entre otra gente. El mero hecho de asumir un papel fuera de las paredes de casa puede ser un preludio emocionante. Tan intenso, incluso, que los miembros de la pareja tendrán que aguantar a fuerza de voluntad hasta la seguridad e intimidad de su cama.
¿Y tú y los juegos de rol? Si aún no lo has probado pero estás tentado, ¡quizá sea el momento!
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Autora: Marina Deluca