Para algunos, la entrada por la puerta trasera es un tabú, para otros es una popular disciplina de cama. ¿Está pensando en probarlos también? En ese caso, estos consejos podrían serle útiles.
1. La limpieza es fundamental
Al menos la primera vez, hay que planificar con un poco de antelación. El día antes del evento, es mejor comer con moderación e incluir más fibra y líquidos. Dos o tres horas antes del acto llega el momento de la limpieza. Ya sea que elija un accesorio de ducha, una ducha íntima con un globo o un enema, hay que asegurarse de que al final sólo salga agua limpia, para estar más tranquilos y sin miedo a sorpresas desagradables.
2. Relajarse es una ventaja
Existen en el mercado una serie de sprays que ayudan a relajar los músculos del esfínter externo para hacerlo más permeable a la penetración. Los ingredientes naturales como los extractos de jojoba o de clavo son una excelente opción. Por el contrario, los ingredientes fuertemente adormecedores, como la benzocaína, no son recomendables para los principiantes.
Con un mayor entumecimiento, tendemos a ser más enérgicos en nuestras acciones, aumentando el riesgo de lesiones que no pueden percibirse inmediatamente. Es aún más desagradable cuando el efecto de la anestesia desaparece.
3. La lubricación es una necesidad
El recto, a diferencia de la vagina, no tiene capacidad de autohumectación, y es por eso que un gel lubricante es algo indispensable. A la hora de elegir, hay que tener en cuenta que los lubricantes de base acuosa se absorben pronto en las mucosas y necesitan aportar humedad durante el acto. Los geles lubricantes a base de silicona y los combinados duran mucho más.
4. No vale la pena apresurarse
Para que la experiencia sea lo más agradable posible, hay que tener paciencia y acostumbrarse poco a poco a la sensación de estiramiento. Un dedo o un tapón anal muy estrecho que se expanda gradualmente es exactamente lo que necesitamos al principio. Una mayor excitación conduce a una mejor relajación de los esfínteres.
Juegos preliminares largos, uso de un vibrador en zonas sensibles, aumento de la excitación... Podemos soportarlo, ¿verdad?
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5. La comunicación es clave
Incluso con el mayor cuidado y sensibilidad, puede ser necesario reducir la velocidad o parar y dejar respirar a la pareja. Tenemos que reaccionar inmediatamente a la señal acordada y tomarnos nuestro tiempo antes de volver a entrar en acción. Las reglas son claras: Ambos lo quieren, ambos tienen que disfrutarlo.
Si uno de los miembros de la pareja siente molestias, el otro debe saberlo inmediatamente. Y viceversa: Cuando nos gusta lo que está pasando, tenemos dejarlo claro. Queremos disfrutar juntos, queremos compartir la más bella experiencia juntos.
6. El viaje es el destino
Pensar que la primera vez alcanzaremos cimas de éxtasis y experimentaremos un orgasmo tras otro es... un poco ingenuo, por no decir otra cosa. Hacer el amor es un arte: podemos tener talento, pero aún así es algo hay que aprender. Saber reconocer lo que nos hace sentir bien y, a partir de ahí, trazar nuestro camino hacia las alturas más deliciosas. ¡La práctica hace al maestro!
Nunca en el límite
Que lo que estuvo en el ano no debería ir a otro lugar sin un lavado adecuado debería ser un hecho. La vida no es una película porno. Una limpieza adecuada de nosotros mismos y la desinfección de todos los juguetes eróticos nos ahorrarán muchos problemas y nos mantendrán sanos no sólo para seguir jugando.
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¿Listo para la acción?
Entonces, ¡vamos a por ello y hagamos que sea una experiencia increíble que merezca la pena repetir!
Autor: Alessanro Rossi