Un tabú para algunos, una experiencia maravillosa para otros
¿Crees que hay cosas que no necesitas probar porque sabes de antemano que no te gustarán? Puede que tengas razón. Pero también podrías estar muy equivocado. Porque sólo el prueba está seguro. Hoy vamos a profundizar un poco más en un tema que vuelve loco a todo el mundo: la masturbación anal.
¡La diferencia entre "puaj" y "genial"!
Todos sabemos que el orificio anal no está destinado a la penetración, sino a la excreción. Pero ¿puede ser que algunos no lo sepan, o lo saben y hacen la vista gorda?
Los esfínteres y la zona anal están entretejidos por una serie de terminaciones nerviosas muy sensibles a la estimulación. En otras palabras, al estimularlos, podemos experimentar sensaciones placenteras, incluso llegar al clímax, y no tenemos qué avergonzarnos de ello. Por el contrario: Si agregamos actividades en esta zona, nuestros juegos solitarios ganarán una nueva dimensión.
Para que los juegos sean una experiencia placentera, debes proceder con cuidado y seguir cinco principios:
Limpieza a fondo
Las duchas íntimas son una muy buena ayuda para una limpieza profunda. Nos liberan del miedo a una posible sorpresa no deseada y reducen el riesgo de una posible infección.
Relajarse
La preparación mental es muy importante. Y en lo que respecta a lo físico, hay sprays especiales para relajar los esfínteres para que el ingreso de un juguete o el dedo sea lo más placentero posible. Para las mujeres recomendamos la estimulación simultánea del clítoris, para los hombres, del pene. Un alto nivel de excitación ayuda a una penetración más suave.
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Lubricación
El ano no se lubrica por sí solo, y para que la penetración sea segura es necesario procurar suavidad en esta zona. Los geles lubricantes siempre son una buena opción. Los geles a base de agua tienden a absorberse rápidamente en el ano, mientras que los a base de silicona ofrecen una lubricación significativamente más prolongada.
Pero la elección es siempre nuestra. Lo importante es no escatimar en gel. Disfrutaremos mejor de los juegos y evitaremos posibles microabrasiones y microfisuras. Si el gel contiene ingredientes relajantes (por ejemplo, jojoba) y calmantes (por ejemplo, pantenol), mejor.
Juguetes seguros
Si empezamos a explorar nuestro cuerpo con los dedos, recomendamos mucho tener las uñas cortas. Y aún mejor, guantes médicos. Por un lado, por posibles arañazos y, por otro, por la transferencia de bacterias en ambas direcciones. Las bacterias intestinales son horribles, ¿verdad?
Si añades un juguete erótico, asegúrate de esté bien limpio y desinfectado, y que esté diseñado para juegos anales. Para principiantes las perlas anales de silicona médica son ideales, aportan alternativamente la sensación de estiramiento y relajación, o también las clavijas anales con un vástago seguro en el extremo, que impide la penetración de todo el instrumento detrás del esfínter.
Si te gustan las vibraciones, adelante, hay muchos vibradores anales en el mercado. Para los principiantes se recomienda un diámetro más estrecho y una forma ligeramente puntiaguda para una penetración más cómoda y cuidadosa. Para los hombres recomendamos los estimuladores de próstata.
El único parque de juegos
Si utilizas un juguete erótico en la zona anal, no lo metas en ningún otro lugar. ¡Lo que estuvo en el culo no puede ir a la vagina! Se produciría una transferencia de bacterias, y las consecuencias suelen ser muy desagradables y el tratamiento prolongado. Más vale prevenir que lamentar.
Un consejo para damas apasionadas.
Si te gusta la sensación de te carguen por la puerta trasera, pero tu pareja no está dispuesta al juego anal, existe una solución en forma de una clavija anal que contiene pequeñas pesas. Al igual que las Venus Balls, este dispositivo llenará lo que tiene que llenar y al mover las pesas en su interior, estimula a la mujer durante el acto sexual clásico.
Además, al introducir las bolas en la zona anal, esta zona quedará arqueada hacia la vagina, que se estrechará notablemente. De este modo, ambos miembros de la pareja se sentirán más estimulados durante el coito.
La masturbación anal no es para todos, pero cada vez gana más adeptos. Es una ampliación del repertorio, un camino hacia sensaciones placenteras y, para los más afortunados, hacia un nuevo tipo de orgasmo. Para nosotros al menos vale la pena intentarlo. ¿Qué opinas?
Consejos para los clásicos.
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Autor: Alessandro Rossi
